New York & Orlando
- merlinaenelaire
- Sep 1, 2020
- 30 min read
Updated: Oct 19, 2020
Ciudades visitadas: New York - Orlando
Viajando con nuestra hija de 6 años
Epoca del año: verano en el hemisferio norte (Agosto - Septiembre)
Cantidad de días totales: 15
Cantidad de días en New York: 9
Cantidad de días en Orlando: 6
Día 1 - New York
Paramos en Brooklyn en una casa que alquilamos por Airbnb. El barrio era residencial, cerca del barrio judío de Williamsburg.
Llegamos temprano a la mañana y salimos a comprar comida. A pocas cuadras de nuestra casa habían varios mini markets y almacenes. También era una zona de restaurants y bares.
Luego de almorzar tomamos el subte que estaba a 4 cuadras de casa (sacamos una Metrocard para 7 días). Teníamos unos 20 minutos de viaje hasta Manhattan desde el lugar donde estábamos parando.
Nuestra primer visita fue al Rockefeller Center. Después de tomar algunas fotos, visitamos la icónica juguetería FAO Schwarz. Nuestra hija de 6 años estaba encantada con la simpática chica disfrazada de soldadito de juguete que nos recibió en la puerta. Entramos a mirar la variedad de juguetes y nos divertimos un rato en el famoso piano de la película “Quisiera ser Grande”.
Al salir del famoso pianito nos topamos con “Zoltar”, la máquina de deseos de la misma película. Estuvimos un buen rato disfrutando de la tienda y nos dirigimos luego a la de Lego. Entramos sólo con la intención de mirar unos minutos y dar una vuelta, pero finalmente nos quedamos un rato largo admirando las construcciones.
Pasamos por Tiffany & Co, aunque no a desayunar (para eso hay que hacer una reserva con tiempo). Miramos desde afuera como Audrey Hepburn en la película “Breakfast at Tiffany´s” (para ver antes de viajar a NY si uno no lo hizo ya).
De acuerdo a nuestro itinerario no subimos al rooftop del Rockefeller Center. Esto quedó para otro viaje. Teníamos ya planificado hacer varias visitas a otros lugares con vista panorámica de la ciudad.
Pasamos luego por la NBC y por el Radio City.
Después de almorzar nos dirigimos al hotel New Yorker (inaugurado en el año 1930, administrado hoy por la cadena hotelera Wyndham). En este hotel nos íbamos a quedar la primera noche en NY (antes de ir a la casa de Brooklyn) pero nuestro vuelo fue cancelado por lo cual perdimos la reserva. Como habíamos ordenado algunas cosas por Amazon con delivery en ese hotel finalmente lo visitamos no sólo para retirar nuestros paquetes sino también para conocerlo ya que es un edificio con mucha historia. El inventor Nikola Tesla vivió los últimos diez años de su vida recluido en este hotel en la suite 3327.
Desde allí nos dirigimos a Times Square. Visitamos el Disney Store (a pesar de tener planificado unos días después viajar a Orlando) y el M&M store. Jugamos un rato en ambas tiendas. En particular en el M&M store con los juegos interactivos que te sugieren tu color de M&M de acuerdo a tu personalidad y llenando las bolsitas de confites de colores. Muy divertido.
Dimos una vuelta por Times Square, una multitud de gente y luces que te invaden visualmente pero a pesar de eso no se puede dejar de visitar. Después de recorrer varios negocios y sacarnos infinidad de fotos nos tomamos el subte de vuelta a casa para cenar.
Día 2 - New York
Salimos luego de desayunar. Tomamos el subte a Manhattan. Nos bajamos cerca del Edificio Chrysler.
Ese día visitamos The Vessel (red de escaleras en forma de vasija), el nuevo mirador en la zona de Hudson Yards.
Luego fuimos al High Line Park. Caminamos desde su inicio hasta el final. Disfrutamos de las hermosas vistas, los jardines, la música clásica de fondo en algunos de sus tramos. Nuestra hija jugo muchísimo en las fuentes y chorros de agua del High Line (hacía mucho calor, por cierto).
Terminamos nuestro recorrido en el Chelsea Market, un lugar para hacer shopping y/o para comer. Ya era la hora del almuerzo así que comimos en los restaurants de allí. Había muchísima gente a esa hora por supuesto. Casi no se podía caminar.
Después de comer fuimos al Whitney Museum of American Art. Al terminar nuestro recorrido por el museo fuimos a merendar a su terraza. Tiene un hermoso café con vista a la ciudad y algunas instalaciones al aire libre.
Salimos del museo y caminamos por las calles de Chelsea hasta llegar al Museum of Illusions. En este museo interactivo pasamos un par de horas divirtiéndonos en familia.
Al salir de allí fuimos nuevamente al Times Square a TKTS a sacar entradas para el musical Rock of Ages esa misma noche.
Cenamos en el Mc Donald´s de Times Square. No soy amante de Mc Donald´s pero teníamos poco tiempo antes de la función y a nuestra hija le gustaba la idea de comer allí.
Rock of Ages fue genial. La disfrutamos mucho, cantamos y bailamos los hits rockeros de la década del 80'. El musical terminó a eso de las 23 horas. Tomamos el subte de vuelta a Brooklyn.
Día 3 - New York
Desayunamos en casa. Tomamos el subte hasta el Battery Park. De allí salía una excursión y visita guiada que contratamos para ir a la Estatua de la Libertad. Tomamos un ferry hasta la Isla de la Libertad donde se encuentra la estatua.
Recorrimos la isla y sacamos muchísimas fotos desde varios ángulos. En otro viaje que hice yo muchos años antes subí a la corona o cabeza de la Estatua por su angosta escalera interna. En ese momento la vista desde allí arriba no valía la pena.
Esta vez sólo la recorrimos por fuera y visitamos The Statue of Liberty Museum. Nos encantó este museo que es en gran parte interactivo y te brinda un pantallazo de la historia de la conformación cultural de New York y la construcción de la estatua.
Almorzamos en el patio de comidas de la isla y tomamos nuevamente el ferry de vuelta a Manhattan. Desde el ferry la vista de la Gran Manzana es preciosa. En un clima cálido como en el que estábamos cuando fuimos pudimos disfrutar muchísimo de este paseo por el río.
En un viaje anterior a este visité Ellis Island y me encantó. Lo recomiendo para quienes quieren conocer sobre la historia de los inmigrantes de New York (y más si uno tiene algún familiar para buscar en esos registros históricos). En este viaje familiar decidimos dejar Ellis Island fuera de nuestro recorrido.
El ferry nos dejó nuevamente en Battery Park. Eran cerca de las 4 pm y aún hacía bastante calor. Nuestra hija se entretuvo en los chorros de agua del parque (esta vez fuimos más precavidos y le llevamos en nuestra mochila un traje de baño, toalla y muda de ropa para después). Recorrimos juntos este precioso parque precioso. Allí se encuentra la peculiar calesita The Seaglass, muy diferente a otras que conocemos ya que es como una caja de cristal o pecera gigante donde en lugar de caballitos los niños (y adultos también) se suben a peces que nadan en el mar. Antes de viajar a NY habíamos decidido con mi hija subirnos a todas las calesitas icónicas de Manhattan.
Luego caminamos hacia el Wall Street District. Había una cola inmensa para sacarse una foto y tocar al Toro de Wall Street. Nosotros hicimos una cola mas pequeña para tocar la parte trasera del toro (que dicen que dá suerte) y sacarnos una foto los tres.
Pasamos por la Trinity Church (iglesia construida en el año 1766) que estaba cerrada por refacciones, pero no su cementerio lindero. Entramos para ver las antiguas tumbas en medio de los grandes edificios de Wall Street.
Llegamos caminando al Ground Zero. Fue impactante para mí encontrarme en este lugar nuevamente luego de haber estado en el 2001 en el último piso de las torres gemelas, pocos meses antes del atentado del 9/11. Los monumentos que hay en su lugar, esas grandes fuentes que se tragan el agua, con los nombres grabados de todas las víctimas todo a su alrededor, las rosas blancas en conmemoración de cumpleaños que dejan los familiares... le ponen a uno la piel de gallina. Era impactante la constante seguridad alrededor que vigilaba de cerca cada movimiento de los turistas que estabamos allí. Elegimos no entrar al Museo del 11S. Tanto mi marido como yo vimos en vivo y en directo los ataques y nos pareció un lugar muy triste para entrar, sobre todo con un niño de 6 años.
Visitamos el Oculus, la nueva estación y centro comercial del World Trade Center. Paseamos por sus negocios y luego nos dirigimos al One World Observatory. Subimos al último piso de este mirador para tener una vista maravillosa de la ciudad casi al atardecer.
A la salida pasamos por Wholefoods para comprar comida y cenamos en nuestra casa en Brooklyn.
Día 4 - New York
Salimos luego de desayunar rumbo al Natural History Museum. A nuestra hija le encantó. Pasamos allí varias horas (desde la mañana hasta aproximadamente las 15.00 o 15.30 hs). Ya con bastante hambre salimos del museo para hacer nuestro picnic en el Central Park. Compramos comida en los food trucks cercanos. Las ardillas y pajaritos se quedaban al lado nuestro para ver si podían recibir algo de nuestro almuerzo.
Después de almorzar recorrimos una zona del Central Park a pie. Fuimos primero al Belvedere Castle (construido y diseñado en 1865). Desde este castillo se pueden obtener fotos panorámicas de este hermoso parque.
Seguimos caminando hasta el estanque circular Conservatory Water. Allí los niños hacían navegar sus barquitos teledirigidos. Unos metros hacia el norte se encuentra la escultura de Alicia en el país de las maravillas dedicada al libro de Lewis Carrol. Hicimos una pequeña fila para que nuestra hija se saque una foto en esta icónica estatua a upa de Alicia y junto al Sombrero Loco, el Conejo Blanco y el Gato.
Al lado de la escultura había un hombre haciendo burbujas gigantes. Varios niños, incluyendo nuestra hija se divirtieron un largo rato jugando y explotando burbujas en el aire.
Seguimos caminando hasta el Billy Johnson Playground, uno de los más lindos del Central Park. Allí nos quedamos por lo menos una hora. Nuestra hija se divirtió mucho en el tobogán de piedra y por supuesto mojándose con otros niños en los chorros de agua.
Yo me había anotado en la lotería de Broadway (lottery.broadwaydirect.com) el día que llegamos a New York. Me encantan los musicales. En otro viaje a NY había visto algunos de los clásicos (Phantom of the Opera, Chicago, Cabaret, Les Miserables). Esta vez quería ver en particular Hamilton, pero era difícil conseguir entradas (además de lo caras que estaban).
Habíamos visto Rock of Ages un par de días antes y estuvo buenísima. Este musical no figuraba en la página de la lotería así que para verla compramos tickets al precio regular.
Todos los días me anotaba en la lotería para ver si tenía suerte. Gané dos veces. La primera para ver Tootsie, pero ví el aviso tarde así que perdí mi ticket ganado. Ese día en el parque me avisó la app que había ganado una entrada a mitad de precio para ver Wicked, la mega producción del momento. La función era esa misma noche así que nos fuimos del parque alrededor de las 19.00 hs. y nos dirigimos a Times Square. Mi marido y mi hija me acompañaron hasta la entrada del teatro. Ellos armarían otro plan mientras yo disfrutaba del show.
Wicked estuvo espléndida. Es apta para niños mayores de 8 años, pero si el niño no entiendo el idioma y por lo tanto los diálogos puede ser llegar a ser muy larga y pesada. Por otra parte, mi marido y mi hija no son tan amantes de los musicales como yo. Ellos preferían hacer otro programa. Mientras yo estaba viendo Wicked ellos fueron al museo de la NBC, pasearon por otros negocios de Times Square y cenaron en la pizzería Mama Sbarro´s.
Wicked me encantó. Salí alrededor de las 23.00 hs. Nos encontramos con mi marido y mi hija en la esquina del Ellen´s Stardust (otro lugar al que iríamos a cenar unos días después). Allí nos tomamos el subte de regreso a casa.
Día 5 - New York
Salimos como siempre después de desayunar rumbo a Manhattan. Ese día fuimos a caminar por la Quinta Avenida. Recorrimos y entramos en varios negocios. Pasamos por la Neue Gallerie donde se encuentra el famoso cuadro de la Dama de Oro de Gustav Klimt. Siempre recuerdo la película ("La Dama De Oro") que relata la historia de ese cuadro y como es recuperada por la familia a la que le fue arrebatada durante el nazismo.
Fuimos al Guggenheim Museum, un lugar que adoro. Nuestra hija se entretuvo bastante en el museo. Disfruté mucho escuchar sus interpretaciones y observaciones sobre lo que estábamos viendo. El museo tiene un rincón con actividades para los más chicos. Al finalizar nuestro recorrido se quedó un rato largo recostada en el piso de ese rincón dibujando.
Ya era la hora del almuerzo cuando salimos del museo que está frente al Central Park. Nuevamente aprovechamos para hacer nuestro picnic en este hermoso parque. El clima realmente nos acompañaba para hacerlo. Los días estaban preciosos.
Después de comer caminamos por Park Avenue. Llegamos hasta el teleférico de Roosevelt Island, el cual conecta Manhattan con la pequeña isla de Roosevelt. Sacamos un ticket de ida y vuelta. La experiencia del teleférico es divertida y diferente para los chicos. Desde allá arriba sacamos unas muy lindas fotos.
Luego de nuestro paseo en el Roosevelt Island Tram visitamos la Catedral de San Patricio sobre la Quinta Avenida. Imponente como otras catedrales, ingresamos a hacer una rápida recorrida.
Dado que estabámos muy cerca decidimos pasar por el negocio de American Girl. El negocio de estas muñecas es apabullante. Además de poder personalizarlas (en cuanto a apariencia y vestimenta) cuenta con un salón de belleza y salón de té para las muñecas y sus dueñas. Mi hija entró a mirar y para nuestra sorpresa no le llamó tanto la atención como pensábamos. Le consultamos y nos dijo que prefería comprarse otro juguete en otro lugar.
Después de jugar un rato largo con las muñecas y bebotes que estaban a disposición junto con sus accesorios, quisimos merendar en el salón de té pero era sólo con reservas y ya no había lugar. El salón de té en sí nos pareció bastante simple. Lo diferente es la experiencia de tomar el té con la muñeca American Gril sentada al lado tuyo.
Decidimos entonces seguir nuestro recorrido. Fuimos a Macy´s en Herald Square con la idea de ver precios y evaluar compras. Merendamos finalmente allí, en el último piso de esta tienda histórica.
Teníamos tickets ese día para subir a la terraza del Empire State y sacar fotos del atardecer. La experiencia de ingreso al edificio fue totalmente diferente a la que yo recordaba de mi anterior viaje a NY. Antes se entraba por el hall original y se tomaba un ascensor original.
Actualmente hay una entrada que funciona como exposición previa y lugar de espera (dada la cantidad de gente que sube a este edificio y sobre todo a la hora del atardecer la espera puede ser de una hora o más). El recorrido previo mantiene entretenido al visitante con reseñas históricas, fotos y divertidas gigantografías de King Kong hasta llegar a los miradores del piso 86 y 102. Definitivamente éramos muchos en esa terraza (como en un subte en hora pico). Mi marido pudo sacar muy lindas fotos del atardecer, pero no es un horario para disfrutar. Es mejor elegir una hora del día menos concurrida.
Salimos del Empire State siendo ya de noche para tomar el subte de vuelta a casa y cenar.
Día 6 - New York
Ese día salimos por la mañana con la idea de recorrer primero Brooklyn, así que fuimos en subte hasta el DUMBO (Down Under The Manhattan Bridge Overpass). Es un gran mirador de la isla de Manhattan y del Brooklyn Bridge.
Lo primero que hicimos fue ir al Jane´s Carousel, un hermoso carrusel antiguo protegido por una caja de cristal. En las calesitas de NY suben grandes y chicos, son para todas las edades. Nuestra hija la disfrutó mucho.
Sacamos además muchas fotos panorámicas de la isla de Manhattan, del puente de Brooklyn y del puente de Manhattan desde el muelle del Brooklyn Bridge Park.
Caminamos luego hasta el Flea Market para ver los puestos de antigüedades, ropa vintage y arte bajo el puente. Pasamos por la juguetería Two Kids and A Dog para que nuestra hija pudiera también entretenerse. Es una juguetería más bien pequeña, didáctica, no tan comercial.
Fuimos luego al Time Out Market para buscar nuestro almuerzo. Finalmente compramos unas hamburguesas to go en Shake Shack (comida que le gusta a nuestra hija) e hicimos un picnic en el Brooklyn Bridge Park.
El día estaba precioso así que decidimos hacer un cambio de planes y volver al Central Park en lugar de ir al MET esa tarde.
Después de almorzar tomamos el subte a Manhattan para pasear por otras zonas del Central Park. Esta vez nos dirigimos directamente hacia la Bethesda Fountain, la fuente más famosa del Central Park que sale en tantas películas, frente a The Lake, el lago del parque. El día soleado acompañaba esta postal inolvidable.
Después de sacar varias fotos ingresamos al Bethesda Tunnel que es mágico. En ese momento estaba cantando un hombre con una voz increíble. Nos quedamos varios minutos escuchándolo y filmándolo.
Luego fuimos caminando a Strawberry Fields, el homenaje de Central Park a John Lennon, que se encuentra frente al edificio Dakota, donde el musico murió asesinado.
Nos sacamos fotos en el círculo donde se lee Imagine. En ese momento había varios músicos tocando canciones de los Beatles.
El Central Park es un lugar que uno nunca se cansa de recorrer y donde se pueden descubrir infinidad de rincones. Una de las cosas que más disfrutó nuestra hija, además de los playgrounds, fue el subir a las numerosas rocas gigantescas que hay en diferentes zonas del parque. Ver y descubrir ardillas era otra atracción. Disfrutábamos quedándonos sentados en algunas de las rocas o en los bancos del parque (todos con su chapita con el nombre del donante o dedicatoria).
El parque además cuenta con varios baños públicos que encontramos siempre limpios aún a última hora del día. En nuestro caso tuvimos que usarlos una vez ya que pasábamos varias horas en el Central Park.
Después de visitar Strawberry Fields fuimos a merendar a Alice´s Tea Cup, una casa de té pequeña y muy recomendable que está muy cerca del Central Park. Allí se ingresa a un local pequeño y acogedor donde te recibe una señorita con el pelo rubio y largo muy parecida a Alicia en el País de las Maravillas y una voz parecida a la de Campanita. Te dá la bienvenida y les coloca a los niños unas alitas de hada. Por último, esparce un polvo mágico sobre ellos antes de ingresar al salón de té. A nuestra hija le encantó el lugar y a nosotros también. Las tortas y dulces eran exquisitos y abundantes. Nos quedamos un rato largo descansando de la caminata y disfrutando de esta merienda en este simpático lugar.
Había aún luz de día y el clima realmente acompañaba. Como solemos ser incansables volvimos al Central Park para recorrer el Sheep Meadow. Nos sentamos sobre el pasto de esa enorme pradera mientras nuestra hija disfrutaba escalando rocas. Habían muchos grupos de personas con sus mantas de picnic disfrutando de conversaciones y juegos al aire libre.
Ya estaba haciéndose de noche y seguimos recorriendo el Central Park (de noche también tiene un encanto particular) para visitar el colorido Victorian Gardens Amusement Park donde habían juegos para niños de entre 2 y 8 años. El parque funciona en primavera y verano. En épocas de frío se convierte en la famosa pista de hielo del Central Park.
Nos quedamos en el parque hasta tarde. Nuestra hija se subió a varios juegos hasta el horario de cierre de este parque. Fue muy divertido.
Ya cansados, caminamos hasta la entrada de subte más cercana y volvimos a nuestra casa en Brooklyn para cenar.
Día 7 - New York
Era un día lluvioso así que nuestro plan de la mañana era visitar el MET (Metropolitan Museum of Art), uno de mis favoritos.
Estuvimos allí hasta pasadas las 16.00 hs. Me hubiese quedado todo el día ya que es tan grande que no llegas a recorrerlo todo. Lamentablemente nos quedamos con ganas de conocer The Met Roof Garden Bar que ya había cerrado cuando quisimos ir a almorzar. Dicen que tiene una vista muy linda de la ciudad.
En un viaje anterior mío visite The Cloisters, una subsede del MET que está cerca del extremo norte de Manhattan, en una colina con vistas al río Hudson. Por una cuestión de tiempos no lo visitamos esta vez, pero es un lugar que a mi me encantó en su momento y al que volvería a ir.
Salimos del MET y comimos algo rápido en Pick a Bagel. Luego tomamos un subte hasta la Grand Central Terminal. Además de ser una estación de trenes tiene una oferta variada de bares y restaurants. Fuimos al “Hall de los Susurros”, un espacio delineado por cuatro arcos abovedados, justo a la entrada del Bar Oyster. Nos paramos cada uno en una de las paredes de los arcos y comenzamos a susurrar. La persona que está en el otro lado, en el ángulo opuesto, te escucha con tanta claridad como si le estuvieras hablando al oído. Es realmente increíble. Fue una experiencia muy divertida para los tres.
Pasamos por The New York Public Library (hermoso edificio al que vale la pena entrar para conocer) para dar luego un paseo por el Bryant Park. Lamentablemente no pudimos subir a su carrusel porque el día estaba lluvioso y por lo tanto estaba cerrado.
Tomamos un subte al Soho. Entramos a algunas tiendas que nos interesaban. Seguimos camino rumbo a Little Italy y China Town. Ya era de noche y los restaurants sobre las calles de Little Italy (transformadas en peatonales) se veían preciosos. Una hermosa noche calurosa para cenar al aire libre.
Paseamos por China Town y entramos en un Christmas store enorme donde nos entretuvimos un rato mirando los adornos y productos navideños. Compramos un adornito para nuestro árbol de Navidad (una costumbre que tenemos cuando vamos de viaje es comprar un adorno navideño en algún negocio local).
Tomamos el subte para volver a nuestra casa.
Día 8 - New York
Fuimos a pasar el día a Coney Island, un lugar de diversión icónico que aparece en muchísimas películas.
Salimos temprano desde Brooklyn para tomar el tren que demoró una hora en llegar.
Coney Island está detenido en el tiempo. Caminamos por la rambla que bordea la playa y almorzamos en Paul´s Daughter, uno de los puestos tradicionales e históricos del lugar.
Cuando vas a Coney Island es para visitar el Lunapark, un parque de diversiones enorme y lleno de juegos más actuales y otros muy vintage. Hay muchas opciones de montañas rusas, algunas verdaderamente extremas. Mi marido y mi hija se subieron a la montaña rusa Steeplechase que emula una carrera de caballos. Es una montaña rusa diferente a otras ya que uno va “montando” el caballo y se siente toda la velocidad y el viento en la cara. Mi hija salió riéndose y aún hoy recuerda con alegría ese momento. Mi marido la sufrió un poco y yo no subí, me quedé afuera sacando fotos (y sufriendo por ellos).
Subimos a otras atracciones del Lunapark menos vertiginosas y las disfrutamos mucho. Más tarde visitamos la playa que estaba justo en frente. Mi hija se moría de ganas de meterse al mar. Hacía calor y habíamos llevado traje de baño y toallas. La playa cuenta con baños públicos y vestuarios donde cambiarse. Yo me limité a quedarme sentada en la arena sacando fotos. Mi hija se metió con mi marido como para mojar un poco los pies. La playa no es linda, es una playa de ciudad, pero vale tener algo así cerca de todas maneras.
Después de que mi hija se dió el gusto de meterse en el mar recorrimos algunas tiendas de souvenirs sobre la rambla de Coney Island.
A la hora del atardecer fuimos a merendar a Applebee ´s sobre Emmons Avenue.
Ya era momento de regresar a casa así que fuimos a la estación a tomar el tren de regreso.
Nos bajamos en el barrio de moda: Williamsburg en Brooklyn. Tiene hermosos cafés, restaurants, tiendas. Caminamos un rato por ahí y sacamos algunas fotos.
Llegamos a nuestra casa en Brooklyn para la hora de la cena. Fue un día divertido y distinto.
Coney Island es un lugar como dije antes icónico que hay que conocer en alguna visita a New York (sobre todo si la estadía en NY es de muchos días), en lo posible en un clima cálido ya que todo lo que hay para hacer allí es al aire libre.
Día 9 - New York
Era un hermoso día de sol. Nuestro último día en New York. Al día siguiente tomaríamos un vuelo a Miami para salir luego en auto e ir directo a Orlando.
Nuestra despedida de New York sería en el Central Park. Pese a que nos habían quedado varios lugares pendientes por visitar (los mencionaré al final de este día) queríamos estar ese día al aire libre.
Llegamos al Loeb Boathouse del Central Park, un restaurant y bar precioso a orillas del lago The Lake. El embarcadero y alquiler de botes estaba justo al lado de este lugar. Dimos un paseo de menos de una hora por el lago y fue maravilloso. Fuimos disfrutando del paseo, turnándonos para remar (para nuestra hija fue muy divertido), apreciando la fauna del lugar (hay muchas tortugas en el lago y a orillas del mismo que pueden observarse a simple vista).
Pasamos por debajo del famoso puente Bow Bridge y tuvimos hermosas vistas del lago y de los edificios del Upper West Side.
Ya era el mediodía para cuando llegó la hora de regresar el bote así que almorzamos en el bar del Loeb Boathouse.
Después de comer pasamos por el Great Lawn donde hay varias canchas de béisbol. Visualmente es una gran pradera. Es muy relajante caminar por allí. Hay además un bar adorable en frente que se llama The Ballfields. Seguimos caminando por el Central Park hasta llegar al carrusel histórico (Michael Friedsam Memorial Carousel). Por supuesto mi hija y yo nos subimos a dar una vuelta.
Seguimos caminando hasta llegar al Heckscher Playground que era bastante grande y con chorros de agua para que los niños jueguen. Enseguida mi hija se hizo amiga de otros niños y se puso a jugar.
Luego de un rato largo de juego seguimos caminando hasta el histórico y hermoso restaurant Tavern on The Green. Para nosotros era la hora de la merienda y queríamos sentarnos un rato después de tanta caminata. Disfrutamos de un maravilloso momento de relax en el bar al aire libre de Tavern on The Green. Con música de Frank Sinatra de fondo, hermoso jardín exquisitamente iluminado, la hora del atardecer y un clima inmejorable, disfrutamos de una copa de sidra helada (yo), un café con leche con torta (mi marido) y un helado de vainilla (para mi hija). No nos queríamos ir de este lugar. El restaurant tan reconocido y que aparece en varias películas estaba cerrado para un evento privado. No obstante, pude entrar a conocerlo.
Ya de noche nos despedimos del Central Park y fuimos hasta Times Square para cenar en Ellen´s Stardust, un legendario restaurant donde sus mozos son cantantes profesionales que interpretan grandes éxitos Broadway (no sólo cantando sino también bailando). Del Ellen´s Stardust salieron más de 200 artistas de Broadway, es un gran semillero de talentos.
Llegamos cerca de las 20.00 hs así que la cola para entrar (no admiten reservas) no era larga. Nos ubicamos en una mesa en el primer piso (la mayoría de las mesas allí están dispuestas a modo de barras que dan como un balcón al centro del salón). Los mozos se turnan para cantar y bailar a tu lado, en el primer piso, en la planta baja, sobre mesas y barras. Es un show imperdible y divertido. Además de comer (la comida es buena y por supuesto el menú que se ofrece es más que nada comida rápida, pastas, ensaladas y una variedad de cervezas), cantamos y bailamos con cada canción. Lo pasamos los tres realmente muy bien. No queríamos irnos, pero ya era tarde y teníamos que volver a casa a descansar ya que al día siguiente debíamos tomar el vuelo a Miami.
Antes de entrar en detalle del recorrido de la segunda parte de nuestro viaje (Orlando), mencionaré los lugares que estaban en nuestro recorrido que, por falta de tiempo (tuvimos un día menos en NY ya que nuestro vuelo de ida se canceló a último momento) o porque preferimos visitar o pasar más tiempo en otros, nos quedaron en nuestra lista de pendientes.
MoMA (Museum of Modern Art): si bien mi marido y yo ya lo conocíamos es para mí un must volver al MoMA. Lamentablemente estaba cerrado por refacciones hasta fines de octubre de ese año.
Brooklyn Children´s Museum: el día que teníamos planificado ir era feriado así que estaba cerrado. Por supuesto lo pensamos en función de nuestra hija y también porque estábamos parando bastante cerca de este museo. Es una linda opción que nos quedará para un próximo viaje.
Children´s Museum of Manhattan: no estaba en nuestro recorrido original, pero lo agregamos para tenerlo como opción si en el momento de algún recorrido necesitábamos estar en un lugar cubierto donde nuestra hija pudiera estar entretenida. Por suerte el clima siempre nos acompañó con fantásticos días de sol y calor y la primera opción fueron siempre los playgrounds de los diferentes parques.
Prospect Park: este parque en Brooklyn lo teníamos marcado para visitarlo. Por falta de tiempo no pudimos hacerlo pese a estar parando en Brooklyn. Tiene muchas atracciones y espacios para recorrer. Habíamos marcado el carrusel y el zoo.
Intrepid Sea-Air Space Museum: lo teníamos en nuestro plan original y pensábamos ir el último día pero ese día el clima era excelente y preferimos quedarnos más tiempo en el Central Park antes que visitar este museo. Es un museo en el West Side de Manhattan. En él se muestra el portaaviones USS Intrepid (CV-11), un veterano y famoso barco, tanto de batallas navales como aéreas del Sur del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, y más tarde, también en la Guerra del Vietnam. Actualmente este buque ha sido convertido en un museo naval flotante de historia y tecnología. Quedó para otro viaje. Estoy segura de que a nuestra hija le gustaría mucho.
Central Park Zoo: el famoso zoológico del Central Park lo teníamos marcado en el itinerario como plan alternativo, pero no era una prioridad. Nuestros paseos por Central Park nos llevaron a otros rincones que nuestra hija disfrutó mucho.
La estadía en New York en verano fue estupenda. Mi marido y yo ya habíamos estado en esta hermosa ciudad pero era la primera vez con nuestra hija de 6 años. A ella le encantó. Caminó muchísimo a la par nuestra. En ningún momento sentimos que corrimos a ver atracciones. Nos tomamos el tiempo para estar en los lugares que ella o nosotros más disfrutábamos. El clima fue maravilloso y debo decir que disfruté más este viaje en verano que cuando estuve en invierno. Por supuesto hay muchísimo más para ver en esta gran ciudad camaleónica, jamás alcanzan los días planeados.
Esta primera etapa del viaje fue de por sí inolvidable. Nos esperaban unos días en Orlando. No le dijimos nada a nuestra hija de esta segunda. Fue una sorpresa.
Día 10 - Orlando
Por suerte el huracán Dorian se estaba alejando de la costa este y los aeropuertos y vuelos fueron reabiertos. Ese día temprano tomamos un vuelo desde New York a Miami. Nuestra idea no era permanecer en esa ciudad ya que la habíamos visitado hacía no mucho tiempo.
En el aeropuerto de Miami alquilamos una camioneta y partimos directo a Orlando. Son más o menos unas 3 horas y media de viaje hasta allí.
Paramos a almorzar en un centro comercial que quedaba en el camino hasta llegar al complejo Windsor Hills en Orlando.
Esta vez no pararíamos en los hoteles de Disney. Debido al lanzamiento de Star Wars los hoteles estaban llenos. Sacando cuentas, más allá de la disponibilidad, era más económico y cómodo para nosotros parar en otro lugar cerca pero fuera de Disney. Encontramos una opción maravillosa a través de Airnbn. Alquilamos un departamento (enorme para nosotros tres) en el hermoso complejo Windsor Hills.
Allí teníamos una enorme piscina a metros de nuestro departamento que incluía un parque acuático que disfrutamos mucho. El complejo contaba además con gimnasio, restaurant, sala de entretenimientos y un pequeño almacén. Tenía una ubicación privilegiada justo enfrente de Wall Mart que estaba abierto 24 hs.
Llegamos por la tarde. El departamento tenía una de las 3 habitaciones decorada con motivos de Disney. Recién ahí nuestra hija se dió cuenta donde estábamos. Estallaba de felicidad. Ya habíamos estado con ella en Disney World y en Disneyland en California cuando era más pequeña.
Acomodamos el equipaje y fuimos directo a disfrutar de la piscina y del parque acuático. El parque acuático tenía una zona para los más pequeños y dos toboganes. Niños y adultos podían ingresar.
Al atardecer nos dirigimos al Wall Mart a hacer las compras. Cocinamos y cenamos en el departamento.
Al día siguiente comenzaríamos nuestros paseos por los parques de Disney. A diferencia de nuestro viaje anterior a Orlando esta vez no queríamos volver a recorrer todos los parques. Nuestra estadía en Orlando sería de 4 días con lo cual priorizamos los que más nos gustaban e interesaban en ese momento.
Visitamos Disney Hollywood Studios, Magic Kingdom y la NASA (Kennedy Space Center). Nos guardamos un día para hacer shopping, pasear por Disney Springs y relajarnos en la piscina del complejo.
Día 11 - Orlando
Ese día nos levantamos temprano para ir al Disney Hollywood Studios. Queríamos conocer la nueva atracción de Star Wars inaugurada hacía solo 3 días. Debido al huracán Dorian había menos gente de lo previsto en este parque.
Hacia muchísimo calor, cerca de 40 grados centígrados y se sentía.
La nueva atracción de Star Wars es realmente increíble. Yo no soy una fanática de la saga, pero me encantó.
Entramos primero los tres a la atrración Star Wars Simulator, un simulador de navegación comandado por el famoso robot C-3 PO. Fue muy divertido y nuestra hija lo disfrutó mucho.
Mi marido subió a la atracción Millennium Falcon: Smugglers Run donde los tripulantes, cada uno en un rol, deben tomar decisiones y comandar la nave Falcon mientras recorre el espacio.
Toda la instalación de Star Wars era sumamente realista. El paisaje árido, las naves de las diferentes películas, los negocios con ítems sumamente raros (había tanta demanda que solo te dejaban comprar un tipo de ítem por persona). Los personajes que desfilaban por las calles como los soldados Stormtroopers le daban más realismo a la escena.
Antes de almorzar entramos los tres al Oga´s Cantine a tomar algo fresco. Para entrar hay que hacer una reserva antes y sólo podías permanecer en el lugar 45 minutos máximo debido a la alta demanda de visitantes.
La cantina de Oga´s está pensada más para los adultos ya que es principalmente una gran barra (igual a la que aparece en la película) donde se sirven tragos visualmente raros y en su mayoría alcohólicos. Hay limonadas y otros tragos sin alcohol para los más chicos.
La musicalización del lugar estaba a cargo de un DJ que era el droide R-3X, un expiloto del StarSpeeder 3000. La música era principalmente electrónica. Mi hija no paraba de bailar y yo la acompañé con algunos pasos por supuesto. Fue una experiencia divertida y diferente. También refrescante ya que afuera el calor era casi insorportable a esa hora del día.
El segundo lugar que no conocíamos porque la última vez que estuvimos no lo habían inaugurado aún es Toy Story Land. Para mi hija fue lo mejor y más divertido. Todos los juegos están pensados para los más chicos. La montaña rusa de Slinky Dog Dash es familiar y tolerable para los que no son amantes del vértigo.
También fuimos varias veces a las atracciones Alien Swirling Saucers (los extraterrestres del restaurante Pizza Planet con los que jugaba Andy en la película) y Toy Story Mania (donde se entra a una caja de juguetes y hay divertidos juegos de puntería con objetos 3D).
Almorzamos en una pizzería en la Gran Avenue llamada PizzeRizzo. Después de descansar un poco seguimos nuestro recorrido.
Disfrutamos del show musical de la Bella y la Bestia, fuimos al musical de la Sirenita, al sing-along de Frozen, a la atracción de Indiana Jones donde muestra el trabajo de los dobles y los efectos especiales. Visitamos todas las atracciones del parque.
Sólo menciono las que mi hija disfrutó más con sus 6 años y medio.
Para conocer cada atracción y si es apropiada para nuestros hijos (o para uno mismo si sufrís de vértigo o no te gusta mucho la adrenalina) lo mejor es consultar las páginas oficiales de Disney o los blogs especializados en Disneyworld como www.viajeromagico.com o www.undercovertourist.com.
Es conveniente descargar el mapa del parque en la web y planificar de antemano el recorrido. Nosotros planificamos siempre la visita y priorizamos lo que más nos interesa ver (lo que no queremos perdernos por nada del mundo). Por supuesto para las atracciones se pueden sacar los Fast Pass y evitar grandes colas. Toda esa información está en el sitio oficial y sitios especializados de Disney.
Un dato no menor y para tener en cuenta es que nosotros habíamos conservado nuestras pulseras mágicas de un viaje anterior a DisneyWorld. Las llevamos a este viaje y fueron las tres reactivadas para utilizarlas sin ningún problema.
Ya al atardecer nos fuimos preparando para ver Fantasmic, un show imperdible que se realiza sobre un lago al anochecer. Conseguimos sentarnos con vista privilegiada. La gente se impacientaba porque comenzara el show y hacía olas humanas como las que se hacían en los mundiales de fútbol. Es un show de luces, efectos especiales, música, sonido y muchísimos personajes de Disney que se disfruta de principio a fin. Con esta hermosa experiencia cerramos el día y nos fuimos al departamento a cenar.
En general desayunábamos y cenábamos allí y nos preparábamos botellas con agua fresca y algunos snacks para consumir durante el día en los parques.
Día 12 - Orlando
Al día siguiente después de desayunar fuimos a mi parque favorito, el Magic Kingdom. Pasé hasta ahora dos cumpleaños míos en ese parque. Nunca me canso de él.
Estacionamos la camioneta y tomamos el trencito hasta la puerta del parque. Al ingresar al Magic Kingdom la Main Street te recibe con su alegría y te transporta a otra dimensión.
Para mi sorpresa mi hija no fue directo al castillo de Cenicienta (si bien ya lo conocía era más chica y pensé que ahora le llamaría más la atención en este viaje). Lo pasó casi por alto y quiso ir directo a la Splash Mountain donde teníamos el fast pass. Salió empapada y feliz de la montaña rusa. Por supuesto llevé una muda de ropa para ella aunque hacía tanto calor que no hubiera hecho falta.
Contrario a otras experiencias pasadas, arrancamos recorriendo Frontierland. Nos subimos los tres a Big Thunder Mountain Railroad, la clásica montaña rusa familiar que en mi opinión es muy placentera para los niños pequeños.
Seguimos recorriendo Adventureland. Subimos a todas las atracciones de esa zona. Recuerdo lo asustada que salío mi hija cuando tenía 3 años del juego Pirates of the Caribbean. Le daban miedo los lugares oscuros por sobre todas las cosas. Esta vez sí lo disfrutó.
Aunque es una de las atracciones más antiguas nos sigue gustando mucho el Enchanted Tiki Room y sus pájaros mecánicos cantando. También el Jungle Cruise que ahora es tan absurdo como gracioso. Subimos a The Swiss Family Tree y volamos en la alfombra mágica de Aladino (Magic Carpets of Aladdin).
Esta vez en lugar de comprar algo relacionado a princesas en algunas de las tiendas del parque mi hija quiso comprarse una serpiente de juguete que parecía muy real, por cierto.
Paseamos por Liberty Square y entramos a The Haunted Mansion. Nos turnamos para quedarnos con nuestra hija. Ella prefirió no entrar, no le gusta lo relacionado a fantasmas y casas embrujadas. A pesar de los años esta atracción sigue teniendo su encanto y realismo. Para los niños más pequeños puede ser un poco traumático a mi criterio.
Lo que menos visitamos porque es lo que menos nos atrae es Tomorrowland. Subimos sólo a un par de atracciones. El Astro Orbit es uno de los preferidos de mi hija de esa zona del parque.
A modo de descando estuvimos un rato en el Casey Jr. Splash ‘N’ Soak Station, un playground con juegos de agua donde nuestra hija jugó con otros niños y por supuesto se empapó con los chorros de agua. Era un día realmente caluroso para todos.
En cuanto a las fotos con personajes, a mi hija en particular no le atrajó mucho la idea (y por suerte nos ahorró tiempos de cola). Esta vez sólo quiso una foto con la Sirenita.
Donde más estuvimos es en Fantasyland. No podía faltar la vuelta en el Prince Charming Royal Carrousel. Nos subimos los tres. Tampoco la visita a It´s a Small World, al cual subimos varias veces porque mi hija lo adora.
Fuimos creo que a todas las atracciones de Fantasyland: Peter Pan ´s Flight, The many adventures of Winnie the Pooh (mi hija jugo también un rato en Winnie The Pooh ´s Garden), the Mad Tea Party (las tacitas giratorias de Alicia en el País de las Maravillas), Under The Sea – Journey of the Little Marmaid y Dumbo the flighing Elephant.
Algo que no habíamos visto antes en el Magic Kingdom es la Dumbo ´s Circus tent. Nuestra hija se divirtió un largo rato en los juegos de esa gran carpa de circo que también tiene una plaza blanda para los más chiquitos.
Nos quedó pendiente subir al Seven Dwarfs Mine Train, la montaña rusa de los enanitos de Blancanieves. Había demasiada espera y ya teníamos una reserva para cenar en el restaurant Be Our Guest (uno de nuestros preferidos) a las 20.00 hs. Habíamos almorzado en un viaje anterior en Be Our Guest y nos gustó mucho la experiencia así que decidimos repetirla.
En el restaurant había muchísima gente y pese a la reserva tuvimos que esperar una media hora dentro del hermoso castillo de la Bella y la Bestia. La espera se hace más entretenida y llevadera ya que todo es atractivo visualmente dentro de este castillo. Hay armaduras parlanchinas que son parte de su decorado y la espera previa culmina con una foto con Beast (para luego comprarla opcionalmente a la salida del restaurant) .
Finalmente nos llamaron para darnos la mesa. El castillo tiene 3 salones para disfrutar de un exquisito almuerzo o de una cena de varios pasos. En el viaje anterior estuvimos en el salón de la biblioteca del castillo (the Castle Gallery). Esta vez comimos en el salón más oscuro y tenebroso que es donde está la famosa rosa (the West Wing). El salón principal es el salón de baile (The Grand Ballroom).
La comida estuvo riquísima y abundante. No pudimos terminar la degustación de postres debido a lo abundante que era. Después de cenar fuimos a buscar un lugar para ver Happily Ever After, el magnífico show de cierre de luces y fuegos artificiales frente al castillo de Cenicienta.
Una vez concluído quedaban sólo 30 minutos para el cierre de Magic Kingdom. Anunciaron un desfile de carrozas sobre el lago invitándonos a todos a salir. Algunas personas prefirieron quedarse ese último ratito mirando y comprando en las tiendas y negocios de Main Street, lo único que quedaba abierto.
Nosotros salimos para ver el show, pero fue una gran decepción. La cola para salir era interminable y apenas pudimos acercarnos al lago cuando el show ya estaba terminando. Comparado con lo que suele hacer Disney el desfile era muy simple y poco atractivo. Hubiese preferido quedarme en las calles de Main Street para evitar toda esa cola hasta el ferry que te lleva de regreso al estacionamiento. Mas allá de esto salimos del parque cansados y felices. Siempre quiero volver al Magic Kingdom.
Día 13 - Orlando
Ese día pasamos la mañana en el complejo de Windsor Hills disfrutando de la piscina y del parque acuático.
Almorzamos en el departamento y por la tarde fuimos a dos outlets (Orlando International Premium Outlets) a comprar algunas cosas que necesitábamos en materia de ropa y calzado.
Después de pasar un par de horas haciendo shopping fuimos a pasear a Disney Springs. Entramos a varias tiendas de Disney y cenamos en el Rainforest Café (habíamos hecho una reserva).
Nos quedamos hasta el cierre de los negocios de Disney Spring y volvimos a nuestro departamento a descansar.
Día 14 - Orlando
Luego de desayunar partimos rumbo a la NASA (Kennedy Space Center). Teníamos aproximadamente una hora de viaje. Yo había estado allí cuando tenía 14 años… muchísimos años atrás. Por supuesto lo que recordaba de adolescente no se parecía en nada a lo que me encontré esta vez.
La verdad es que tendríamos que haber salido más temprano del departamento. Llegamos a la NASA a las 11.00 hs. aproximadamente y el parque cerraba a las 18 hs. y hay mucho para ver y hacer!.
Arrancamos el recorrido yendo al Heroes and Leyends, un tour de realidad virtual con la historia de los primeros astronautas y misiones al espacio. Esta atracción es de por sí fascinante y logra envolverte en el clima perfecto para continuar con lo siguiente del recorrido.
Fuimos luego al Rocket Garden, parque de cohetes. Nuestra hija estaba fascinada. Poder subirnos a algunas de las cabinas de cohetes reales fue alucinante.
Paramos un rato a descansar y almorzar en el Children´s Play Dome, un lugar de juegos para chicos con mesas alrededor para hacer picnics.
Seguimos recorriendo las atracciones hasta llegar al Atlantis West Pavillion. Es un hangar enorme del tamaño de un edificio donde se encuentra en exposición el original transbordador Atlantis.
Ver el transbordador y sus dimensiones (tomando conciencia de todos los viajes que realizó) es realmente increíble. Alrededor de él hay muchísimas atracciones para grandes y chicos. Desde simuladores interactivos de vuelo, réplicas de cabinas de aeronaves, juegos y hologramas de la vida cotidiana de un astronauta en el espacio (super interesante), exposición de artefactos y objetos de uso doméstico en el espacio hasta un simulador de lanzamiento bastante real (tan realista que algunas personas no se animaron a subir).
También hay un tobogán doble gigante que va de un piso a otro donde grandes y chicos pueden tirarse sin problema, incluso al mismo tiempo. Es realmente divertido. Nos tiramos varias veces los tres.
Hay otro rincón muy especial dedicado al Challenger y al Columbia y a sus fallecidos. Todo el Atlantis West Pavillion es en sí un lugar para pasar por lo menos 2 horas. Tanto nos gustó que decidimos disfrutar el resto del día en este lugar.
Hay un tour de dos horas que se hace en un bus y te lleva por todas las plataformas de lanzamiento. No llegamos a tomarlo ya que el último salía a las 15.00 hs y nosotros queríamos seguir disfrutando de las atracciones alrededor del Atlantis. Por otra parte, dudamos si un tour de 2 horas en micro sería algo interesante para nuestra hija de 6 años. Decidimos dejarlo para otra visita a la NASA (seguramente volveremos). Ella estaba feliz y muy impactada por todo lo que veía, que a diferencia de DisneyWorld, era real.
Fue una decisión acertada reservar todo un día para recorrer este parque. Quedaron algunas atracciones pendientes de visitar. La próxima vez iremos más temprano, al horario de apertura en lo posible. También está la posibilidad de visitarlo y presenciar un lanzamiento programado. Ojalá tengamos esa oportunidad en el futuro.
Contentos volvimos al departamento para disfrutar de la pileta esa noche. Aún hacía calor y era nuestra última noche en Orlando.
Cenamos en el departamento y preparamos gran parte de las valijas ya que al día siguiente tendríamos sólo la mañana para hacer el check out y disfrutar de los últimos momentos en el complejo Windsor Hills.
Día 15 - Orlando
Nos levantamos temprano para desayunar y acomodar lo que faltaba del equipaje.
A las 11.30 hs. entregamos las llaves del departamento y partimos en auto rumbo a Miami para tomar nuestro vuelo de regreso a casa.
Manejamos 3 horas y media y como estábamos muy justos con el horario comimos en el auto una vianda que habíamos preparado. Embarcamos en el aeropuerto de Miami y retornamos felices de haber hecho otro viaje maravilloso juntos.
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